Día Internacional de los Pueblos Indígenas en Chile
Por: Carolina Muñoz Vergara
Académica e investigadora, Facultad de Medicina, U.Central

Cada año, Chile conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la diversidad cultural, social y territorial que caracteriza a los pueblos originarios. Este día señala la necesidad de reconocer sus derechos, preservar sus conocimientos ancestrales y evaluar el estado de sus condiciones de vida, particularmente en el ámbito de la salud, donde las desigualdades persisten de manera alarmante.
La situación de salud de los pueblos originarios en Chile presenta profundas desigualdades. Se observa que la mortalidad general en estas comunidades puede ser hasta 1.8 veces mayor que la de la población no indígena. La brecha es aún más pronunciada en la mortalidad infantil, donde la diferencia se incrementa a más de 3.4 veces (Alarcón M et al., 2004).
Además, la mortalidad por enfermedades crónicas, traumatismos o infecciones como la tuberculosis es hasta 2.8 veces mayor en estas comunidades (Oyarce P & Pedrero S, 2006-2011). Estas cifras son un claro indicador de que las desigualdades en salud persisten y son relevantes en la actualidad.
Estas disparidades son consecuencia y continuación del colonialismo, que se traducen en la pobreza de estos pueblos y en las marcadas diferencias en el acceso a la salud, educación y bienestar social en general. Reconocer esta realidad como sociedad nos impulsa a buscar la justicia social como vía para subsanar décadas de desigualdades.
Frente a este escenario, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud llaman a los países a cumplir las metas acordadas en la Estrategia y Plan de Acción sobre Etnicidad y Salud (2023), que abogan por un abordaje intercultural en los sistemas de salud, respetando y promoviendo la medicina tradicional y la participación activa de las comunidades indígenas en la gestión de sus cuidados. La generación de datos desagregados, siempre con su consentimiento, es fundamental para visualizar la realidad y diseñar políticas públicas que realmente respondan a sus necesidades sentidas, cerrando así brechas históricas. (Manríquez-Hizaut et al., 2018).
Desde 1992, en Chile han surgido diversas iniciativas que apuntan hacia la salud intercultural. La incorporación de facilitadores interculturales en hospitales, la puesta en marcha del Programa Especial en Salud y Pueblos Indígenas (PESPI) en 2000, y la publicación de la Política de Salud y Pueblos Indígenas en 2006, representan esfuerzos importantes en esta línea. Sin embargo, a pesar de los avances legislativos, como la ratificación del Convenio 169 de la OIT en 2008, aún persisten inequidades en acceso, calidad y pertinencia en la atención sanitaria de estos pueblos. (Manríquez-Hizaut et al., 2018).
El desafío es integrar de manera genuina los saberes ancestrales en los sistemas de salud, promoviendo una atención culturalmente pertinente y empoderando a las comunidades en la gestión de su propio bienestar. La evidencia indica que los sistemas interculturales, diseñados con respeto y participación, no solo respetan los derechos, sino que además reducen las desigualdades: disminuyen la mortalidad infantil, fortalecen la salud mental y favorecen la prevención de enfermedades.
A nivel nacional, la falta de un diagnóstico específico para la población indígena, con datos actualizados y diferenciados, ha dificultado la formulación de políticas efectivas. La invisibilidad estadística, que a veces supera los diez años de retraso, limita la acción estratégica y refuerza la brecha en resultados de salud. Es fundamental que Chile profundice en reformas estructurales que permitan cerrar estas brechas y cumplir con los compromisos internacionales de derechos humanos y salud.
En conclusión, la conmemoración del Día de los Pueblos Indígenas debe ser un momento para reafirmar el compromiso con la justicia social histórica, la interculturalidad y la salud plena de todas las comunidades. Es de suma importancia avanzar en un sistema que valore y respete sus saberes, reconozca su territorialidad y favorezca la participación activa, es la clave para construir un Chile más justo, inclusivo y en armonía con su diversidad. Solo así podremos garantizar que la salud deje de ser una desigualdad y pase a ser un derecho efectivo y digno para todos y todas.