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Chile sin carbón al 2040: ¿Está el país preparado para esta revolución energética?

Un reciente estudio realizado por la Fundación Chile Sustentable, postula la posibilidad de que nuestro país pueda reducir considerablemente sus emisiones al disminuir el uso del carbón y el gas para la generación de energía, desafío que, según expertos, no sería tan fácil de conseguir.

Chile sin carbón al 2040: ¿Está el país preparado para esta revolución energética?
Comunicado 18 enero, 2023

“Escenarios para el retiro del Gas de la Matriz Energética en Chile al año 2035 (recomendación AIE para economías OECD avanzadas) y al 2040 (Desfosilización Moderada)”, así se titula el estudio realizado por la Fundación Chile Sustentable que postula la posibilidad de que el 96% de las generación eléctrica en Chile sea con energías renovables al 2040, lo que permitiría reducir las emisiones de CO2.

Desde Safira Energía, comercializadora de energía que entrega innovadoras soluciones a empresas y les ayuda a transformar su matriz energética, indican que, si bien no es imposible, el escenario es complejo para poder alcanzar la meta propuesta. “Como política de estado, el gas natural se menciona como uno de los pilares de la descarbonización de la matriz eléctrica nacional, debido a que puede aportar la flexibilidad al sistema que no pueden entregar las tecnologías solar y eólica al país. Eso sí, en un estudio de la PUCV, se ve que, bajo el escenario de desgasificación a 2040, sigue habiendo participación de gas natural al menos hasta 2045”, comenta Fabián Lobos, coordinador técnico comercial de la empresa.

El estudio señala que en un escenario donde se siga el plan, utilizando hidroelectricidad, biomasa, geotérmica, solar de concentración, eólica y solar, y solo un 3,5% de combustibles fósiles hacia el año 2040, las reducciones de emisiones de CO2 equivalentes a 2035, disminuirían de 2,9 a 1,5 millones de toneladas anuales. Asimismo, si se logra retirar el gas a 2040, las emisiones de CO2 bajan de 3,2 a 1,5 millones de toneladas por año.

“Para lograr desplazar al gas natural y carbón, será necesario reemplazar, al menos, su capacidad instalada y la flexibilidad que aportan al sistema. En ese sentido, las tecnologías solares y eólicas no son, por sí solas, tecnologías flexibles, pero si se complementan con sistemas de almacenamiento de corto y largo plazo (baterías, concentración solar, hidrógeno verde, almacenamiento térmico, centrales de bombeo, etc.), se generaría un sistema donde la energía podría estar disponible cuando  se la necesite independiente de que haya o no haya sol o viento”.

Impulso transversal

Las principales iniciativas, tanto estatales como privadas, están enfocadas en el incentivo al almacenamiento, que se presenta en la Ley de almacenamiento y electromovilidad. Si bien, el reglamento no está redactado, sería de gran importancia que se incentive la aparición de estas tecnologías para entregar flexibilidad al sistema.

“Se están realizando cambios al reglamento de potencia, donde también se busca que se incentive el almacenamiento. Ya en el sector privado, se ha visto mucho interés por el uso de hidrógeno verde para reducir emisiones, principalmente enfocado en minería, lo que creo que es un aporte porque se está empezando a generar conocimiento respecto a esta nueva tecnología”, afirma Fabián Lobos.

Asimismo, respecto a la contribución del mercado de clientes libres, el experto de Safira Energía afirma que “Los clientes libres son muy relevantes para lograr la descarbonización del sistema, pues son quienes realmente generan la demanda y por lo tanto quienes definen qué tecnologías tendrán más participación en el sistema. Necesitamos que los clientes entiendan que es distinto consumir energía en horas solares que, en la noche, y generar incentivos para que estos participen del sistema. Si logramos que el consumo de los clientes se adapte a la generación y no viceversa, el desafío de la descarbonización se vuelve mucho más fácil”.

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