La Universidad Central se adapta a los tiempos de pandemia
Como una práctica institucional que ayuda a cohesionar, a tener una mirada en común y a compartir ideas para abordar los desafíos que se presentan a nivel Universidad, la Vicerrectoría Académica a través de su vicerrector Juan Pablo Prieto, han instaurado una serie de reuniones online con los y las académicas para enfrentar la modalidad de […]
Como una práctica institucional que ayuda a cohesionar, a tener una mirada en común y a compartir ideas para abordar los desafíos que se presentan a nivel Universidad, la Vicerrectoría Académica a través de su vicerrector Juan Pablo Prieto, han instaurado una serie de reuniones online con los y las académicas para enfrentar la modalidad de enseñanza remota debido al contexto a nivel país.
¿Cómo surge la idea de realizar reuniones con los y las académicas de la universidad?
Esto surgió con el fin de establecer una escucha activa respecto de cómo se estaba dando el trabajo académico en este nuevo formato de modalidad remota, que se implementó en corto tiempo, y ha reflejado las preocupaciones por parte de los y las académicas por entrar a un sistema nuevo, en el que no siempre se tienen las herramientas necesarias, los conceptos, la capacidad técnica, el equipamiento, entre otros para realizar la educación a distancia. Esto generó que las y los docentes tuvieran que abordar una gran cantidad de tareas y hacer un curso de inducción para conocer las herramientas que se iban a ocupar.
Nos acercamos a todo el cuerpo académico para escucharlo, compartir nuestra visión, los principios y fundamentos con los que estamos funcionado, y la mirada sobre este proceso. Esa es la principal razón de los diálogos, que también están enmarcados en una idea de la Universidad, de generar estos espacios de conversación y diálogo, y a la vez tejer redes para fortalecernos como una comunidad.
La modalidad online nos ha permitido tener una alta convocatoria y buena recepción. Desde mi perspectiva, puedo decir que estas conversaciones han sido muy gratas y hemos podido también concordar miradas, tener una medición común de lo que está sucediendo, sensibilizarnos mutuamente y recibir por parte de los y las docentes el cómo se sienten y cómo han experimentado este proceso. Y de nuestra parte decirles cómo estamos buscando mejorar y asegurar que este proceso, de cara a los estudiantes, sea el adecuado.
¿Cuál es el principal objetivo de las reuniones que se están llevando acabo con los académicos de las escuelas?
En primera instancia hacer llegar al cuerpo académico, en forma directa, la mirada que tenemos y los desafíos que enfrentamos, poniendo a los estudiantes en el centro; entendiendo también lo que sucede al otro lado de la pantalla, la realidad de lo que nos pasa hoy día.
Además, retomar y devolver a la comunidad los resultados de la escucha activa que realizamos en diciembre 2019 y enero 2020, cuando me incorporé a la Universidad. Ahí me puse como primera tarea conocer la Institución y que me conocieran a mí. Ese era un objetivo que no tenía una única instancia, por lo que ahora estamos retomando esas conversaciones y esas escuchas, para incorporarlas a la agenda de la Vicerrectoría Académica y de la Universidad.
Por último, tomar nota de los planteamientos de los y las académicas, y gestionar las necesidades para entregar respuestas.
¿Qué evaluación hace de las primeras reuniones realizadas?
Mi evaluación es muy positiva. Lo que he sentido y lo que he escuchado en estas conversaciones ha sido, en general, de un excelente ánimo. Por lo que desde ese punto de vista dan cuenta de una organización que se escucha, que se busca comprender y entender, y creo que eso es fundamental.
Además, hemos tenido una muy buena acogida. Han participado aproximadamente 500 personas en las primeras siete reuniones que hemos realizado, lo que refleja que hemos tenido un porcentaje importante de académicos y académicas jornada y honorarios interesados en lo que estamos informando y en conversar sobre estos temas.
¿Cuáles son los desafíos más grandes que han debido enfrentar?
El primer desafío que enfrentamos tiene que ver con entendernos mutuamente. Entender que este es un proceso de aprendizaje en el que no está todo resuelto y en el que estamos juntos. En ese sentido, la conversación busca un apoyo mutuo, porque todos nos sentimos aprendices en un mundo en que se supone que somos maestros.
El segundo tiene que ver con los estudiantes. Sucede que como no tenemos experiencia, muchas veces pensamos que esta modalidad consiste en hacer más o menos la mismo pero a través de un computador. Pero es bastante distinta. Hay que reconocer que los estudiantes han sido flexibles y también se han tenido que adaptar; por ello, debemos valorarlo y actuar sobre ello, teniendo en consideración las diversas realidades en las que viven nuestros y nuestras estudiantes.
¿Qué oportunidades presenta esta modalidad de enseñanza?
Presenta tremendas oportunidades. Es un aprendizaje que se está asentando, con el que estamos configurando una suerte de capital institucional y personal de cada uno, en torno a esta metodología e instrumentos, que nos dan posibilidades que el aula presencial no tiene. Es decir, tenemos una interacción con los estudiantes de otra naturaleza, usamos las redes y otras opciones que la tecnología nos permite, y que en el aula no son tan viables.
Además, vemos que esta modalidad de enseñanza tiene mucha proyección futura para la Institución, para los y las estudiantes y para los y las docentes.
Una vez que finalicen estás rondas de reuniones ¿Cuál es el plan de trabajo que sigue?
De cada reunión recogemos los planteamientos principales que hacen los y las académicas, los cuales se incorporan a nuestra agenda de trabajo para dar respuesta y sacarlas adelante. Muchos de las inquietudes que han aparecido en estas conversaciones han tenido respuesta inmediata, lo que ha sido muy positivo porque no nos hemos quedado con los planteamientos guardados en un cajón, sino que buscamos devolverlos.
¿Cuál es su evaluación del desarrollo de las clases a distancia?
Nuestra evaluación y creo que es compartida por la mayoría del profesorado, es positiva. Estamos satisfechos por el enorme trabajo que hemos hecho en tan corto tiempo. Debo reconocer el esfuerzo de los y las académicas y estudiantes para adaptarse a esta nueva modalidad, en la que también hemos tenido que adecuar procesos institucionales. En resumen, hemos avanzado bastante bien en esta etapa inicial, pero eso no significa que los desafíos se hayan terminado, siguen siendo enormes para el futuro.
El nivel de participación de estudiantes, en aulas virtuales, ha sido mayor al de las clases presenciales ¿Cómo evalúa esto?
Hay una incógnita ahí, algo que debemos estudiar y analizar bien, porque uno diría por qué los estudiantes no asisten a la clase presencial, pero sí participan aquí. Por ello, debemos ver cuál ha sido la clave para que suceda algo a lo cual no estábamos acostumbrados e incluso que no esperábamos. De echo creíamos que esto podría ser algo más difícil, no solo por los problemas de conectividad, sino porque justamente uno podría pensar que es más fácil desengancharse del aula virtual porque puedes estar haciendo otra cosa, entonces ha sido sorprendente.
¿Qué desafío presentan los sistemas de evaluación a distancia?
Yo creo que es uno de los desafíos más grandes, porque uno está acostumbrado a un método que funciona, pero que a través de esta modalidad no es tan funcional. Por lo mismo, en conjunto con las Escuelas, levantamos orientaciones para las académicas y académicos respecto a las evaluaciones en formato online, donde encontrarán ejemplos para diversificar la estrategia de evaluación y una invitación a ser sensibles a los inconvenientes tecnológicos que pueden ocurrir en las clases sincrónicas, en las que se requiere la atención en el momento, por lo que las evaluaciones pueden tener tremendos riesgos e inequidades.
Sin duda, es un gran desafío para nosotros, la Universidad y todo el sistema, por lo mismo, estamos trabajando en ello. Hemos construido un portal online para estudiantes y profesores el cual va enriqueciéndose día a día con distintos instrumentos, herramientas y buenas prácticas que forman parte del trabajo que hacemos en apoyo a la labor docente y a la labor de aprendizaje de los estudiantes.
Asimismo, hemos planteado la necesidad de hacernos de las capacidades internas para desarrollar este formato online de manera profesional.