Biblioteca Patrimonial Recoleta Dominica presenta exposición “Biblioteca Blanca” de Mariana Tocornal

Como una forma de interpelar su propia colección bibliográfica desde una mirada lúdica y rupturista, la Biblioteca Patrimonial Recoleta Dominica en colaboración con el Museo de Artes Decorativas inaugurarán el próximo sábado 20 de noviembre la exposición “Biblioteca Blanca”, de la artista visual Mariana Tocornal.

La muestra, que se mantendrá hasta el 29 de abril 2022, tiene por objetivo intervenir el espacio patrimonial de la biblioteca de origen conventual, que data de 1753, y en cuyos anaqueles se resguardan un total aproximado de 33.000 volúmenes. Son objetos únicos fechados entre los siglos XVI y XIX, con páginas escritas e ilustradas que forman parte de un conjunto imponente que en su concepción y origen, eran de uso exclusivo de los frailes que habitaban el Convento de la Recoleta Dominica.

Es un espacio abrumador y al mismo tiempo silencioso, que en palabras de la artista: “El entrar a la Biblioteca Patrimonial Recoleta Dominica tiene algo intimidante. El peso de su historia, lo valioso de sus volúmenes, sus muros altos y su luz tenue nos transportan a otro tiempo. Una época en que la información se guardaba y traspasaba a través de tomos muchas veces escritos a mano y encuadernados artesanalmente.”

Todo este ambiente histórico será alterado por los objetos artísticos hechos en exclusiva por Tocornal, cuya motivación curatorial es interpelar la colección bibliográfica desde otra mirada, generando un corte visual, temporal y utilitario. De esta forma, el orden original establecido por metros lineales de conocimiento se quiebra con la propuesta rupturista en que los libros patrimoniales son sustituidos por moldes de volúmenes realizados en porcelana y con marbetes, nervios y otros detalles dorados que se intercalarán en las estanterías para dialogar con los libros antiguos, ofreciendo un juego de reemplazo en el que cederán su espacio a cáscaras sin información disponible que desplazarán aquellos tomos que contienen valiosos conocimiento sobre religión, derecho, filosofía, literatura, ciencias naturales, literatura, etc.

Estos casi mil libros de porcelana interrumpirán para desordenar la catalogación bibliotecológica, cambiando su jerarquía en este micro universo que se rige por estrictas normas alfanuméricas. En palabras de la artista: “Se instalan intentando convivir en un lugar donde cada objeto es una joya. Blancos, vacíos, brillantes y a veces completamente quebrados resaltan lo que no está, lo faltante, y a veces lo frágil o deteriorado”, expresa Tocornal.

Respecto de esta transgresión de la artista, Justo Pastor Mellado, crítico e historiador del arte, destaca que “las materialidades dicen cosas que la propia historia impresa sobre papel no dice”. Esto es interesante si traslada a un espacio que no es neutro ideológicamente, sino en el que se preserva una inmensa mayoría de volúmenes de origen europeo y que por tanto contenía y retransmitía concepciones occidentales. Mellado incide en que los ejemplares de Tocornal remiten a una “blancura forzada”, siendo éstos, de acuerdo con el crítico, un “sucedáneo dispuesto a ejercer las funciones decorativas que encubren su disposición en letra muerta”. De esta manera, se aprecia esta exposición como una oda a las artes decorativas, las artes funerarias y el fetichismo objetual presente en los espacios sacros como esta imponente biblioteca patrimonial.