Volvió como siempre
Juan Francisco Ortún Quijada
Periodista y académico U.Central
Antiguamente cuando retornaba el campeonato de fútbol después del receso veraniego, había una frase cliché muy usada por todo el mundo, incluidos los medios comunicación: “Volvió en gloria y majestad”. Hoy podríamos usar una nueva frase que bien vendría a reflejar lo que está pasando: “Volvió como siempre”.
En el marco de la Supercopa de campeones, el de la Copa Chile, Colo Colo, y el del Torneo Nacional, Huachipato, se enfrentaron en el Estadio Nacional después de un tiempo considerable en que no se usaba el coliseo de Ñuñoa, un año y medio casi y tras un sinnúmero de incidentes el encuentro no pudo llegar al minuto final, incluso pienso que el segundo tiempo no debió iniciarse.
El resultado del comportamiento de algunos delincuentes fue no menor: metros cuadrados de la nueva pista atlética quemados, butacas destruidas, rejas cortadas y vandalización del memorial que se ubica en el recinto, entre humo y llamas por doquier.
Después de esta gran vergüenza, dirigentes de los clubes involucrados y los directamente responsables, La ANFP, organizadora del cotejo, estaban más preocupados de saber cuándo se jugarían los minutos restantes que de las medidas para que no se volvieran a producir situaciones reprochables como las vividas en el elefante blanco. ¡¡¡Impresentable¡¡¡¡¡
Finalmente, los inteligentes de Quilín resolvieron suspender a casi 13 mil hinchas del cacique del ingreso a cinco partidos de local, cualquiera sea el escenario donde se programen dichos encuentros.
Me parece que esta medida no resuelve en nada el problema de fondo, no sólo porque se sanciona a personas por estar en un lugar determinado sin hacer ningún desmán, sino porque demuestra la incapacidad de los dirigentes para identificar a quienes realmente son los responsables de estos actos delincuenciales y a las fuerzas del orden que tampoco se sientes empoderados para actuar como se debe ante hechos de flagrancia y avalados por la ley.
Mientras los mandamases del fútbol chileno y los dirigentes de los distintos clubes que participan en los insípidos torneos del balompié nuestro, no se den cuenta de que están destruyendo el deporte al hacer la vista gorda en el meollo del asunto y que toman medidas insustanciales, lamentablemente estos hechos se repetirán con más beligerancia y tendremos, una vez más, que reconocer que el deporte pasión de multitudes chileno “volvió como siempre”.