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La donación de sangre: un acto vital para la salud pública en Chile y el mundo

Por: Piera Ángela Zunino Chávez
Tecnóloga médica y académica U.Central

La donación de sangre: un acto vital para la salud pública en Chile y el mundo
Piera Zunino 12 junio, 2025

Cada 14 de junio se conmemora el Día Mundial del Donante de Sangre, una fecha proclamada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el propósito de agradecer a los donantes voluntarios y no remunerados, así como de sensibilizar sobre la necesidad constante de contar con sangre segura para transfusiones.

En Chile, el sistema de donación de sangre ha experimentado avances significativos, aunque aún enfrenta desafíos estructurales y culturales. Según datos del Ministerio de Salud, solo cerca del 38% de las donaciones corresponden a donantes voluntarios, mientras que el resto proviene de donaciones por reposición, un modelo que limita la disponibilidad oportuna y segura de componentes sanguíneos. Este panorama contrasta con países como España o Cuba, donde la donación voluntaria supera el 90%, gracias a políticas públicas sostenidas y estrategias de educación comunitaria.

La sangre y sus componentes (glóbulos rojos, plaquetas, plasma) son insustituibles y fundamentales en el tratamiento de patologías oncohematológicas, procedimientos quirúrgicos de alta complejidad, trasplantes de órganos, atención de partos complicados y accidentes traumáticos. Cada unidad de sangre donada puede salvar hasta tres vidas, al ser fraccionada y utilizada según las necesidades específicas de distintos pacientes. En este sentido, la labor de los Tecnólogos/as médicos/as de Bioanálisis clínico es esencial en este proceso, garantizado la calidad, trazabilidad y seguridad transfusional. Además, los bancos de sangre requieren mantener un stock adecuado y permanente, dado que ciertos componentes, como las plaquetas, tienen una vida útil limitada (de apenas cinco días).

Desde el punto de vista de la salud pública, promover una cultura de donación voluntaria, habitual y no remunerada no solo contribuye a mejorar la disponibilidad de sangre segura, sino que también fortalece la equidad en el acceso a tratamientos y reduce los riesgos asociados a prácticas no reguladas. La evidencia internacional muestra que las donaciones voluntarias recurrentes son las más seguras, ya que quienes las realizan tienden a estar mejor informados sobre los criterios de selección y adoptan estilos de vida saludables.

Educar, sensibilizar y derribar mitos en torno a la donación de sangre es una tarea compartida. Es fundamental que las instituciones de salud, los medios de comunicación, las universidades y la comunidad en general promuevan activamente esta práctica. Donar sangre no debilita, no genera dependencia, ni representa un riesgo significativo para la salud de quien dona. Muy por el contrario: representa un acto de responsabilidad social, empatía, compromiso con la vida y, además, favorece la regeneración celular.

En este Día Mundial del Donante de Sangre, el llamado es claro: cada persona sana, mayor de edad y con voluntad de ayudar, puede convertirse en un eslabón clave en la cadena de la vida. Ser donante cuesta sólo unos minutos, pero puede favorecer toda una vida para quienes esperan una segunda oportunidad.

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