El rol del periodismo frente al fin de la realidad
Por: Francisco Javier Saavedra Ahumada,
Periodista de Radio UCentral
Octubre del 2025. Si nos remontamos seis años en el pasado, Chile estaba afrontando la vorágine del estallido social, elevando la popularidad de los conceptos de las fake news, llevando a que tanto el periodismo como la propia ciudadanía tuvieran que incrementar esfuerzos en la persecución de la verdad frente a la descontrolada producción de información no verificada y, en muchos casos, derechamente falsa.
Sin embargo, en solo seis años, el desafío resulta ser muchísimo más grande. Probablemente aún no somos capaces de percatarnos por completo de este hecho, pero la generación actual está siendo espectadora del ocaso de la realidad y de la transición hacia la era del internet muerto y el infocalipsis.
Inteligencia Artificial: verdugo de la realidad
Octubre del 2019, estallido social. Dime, querido lector (y permíteme tratarte con cercanía para recordarte que aquello que estás leyendo lo ha escrito un ser humano), ¿recuerdas lo difícil que resultaba saber qué era cierto y qué no frente a la ola de fotografías desfasadas, trucadas o malintencionadas que diversos grupos ideológicos hacían circular con el objetivo de influir en la percepción de las masas?
¿Imaginas cómo sería si ocurriera hoy? Combinando la incertidumbre y los sentimientos viscerales frente a situaciones que no dejan a nadie indiferente con fotografías y vídeos hiperrealistas generadas con inteligencia artificial invadiendo tu feed: ¿cómo serías capaz de discernir qué es real y qué no? Si en tu teléfono ves con claridad un centro de tortura o encapuchados arrojándoles bombas molotov a niños ¿cómo decir que eso es falso? Y si ya para nosotros resulta difícil ¿Cómo se lo explicamos a las personas mayores que apenas se estaban acostumbrando a utilizar WhatsApp?
En un contexto como este, el concepto de posverdad se redefine hacia algo que trasciende mucho más allá del choque presentado cuando las emociones priman por encima de los hechos, sino que nos presenta un mundo donde veremos de forma verosímil lo que queremos ver, como parte de una simulación generada por herramientas de IA que difuminan el concepto de la realidad objetiva, dejando a la verdad cada vez más sumida en la oscuridad.
La era del internet muerto y el infocalipsis
Durante la transición al nuevo milenio muchas voces plantearon que el internet traería consigo una era de democratización del conocimiento. Sin embargo, desde mediados de la década pasada comenzó a tomar cada vez más fuerza la teoría del internet muerto, que, grosso modo, expresa que la mayor parte de lo que vemos (o veremos) en línea será contenido generado por algoritmos o bots.
Aunque en su momento fue apuntada como una teoría conspiranoica, este planteamiento no está tan lejos del contexto actual, ya que según el informe de Imperva liberado en 2025, se tiene conocimiento de que un 51% del tráfico online de 2024 fue automatizado.
Todo esto lleva a que no resulte descabellado plantear que nos encontramos a las puertas del llamado “infocalipsis”, un escenario donde la abundancia de deepfakes y contenido sintético generado por inteligencias artificiales terminarán por romper la confianza de los usuarios frente a todo lo que vean en la red.
¿Acaso ustedes mismos no han llegado a preguntarse si algo de lo que están viendo es IA? Y sí, es sorprendente darte cuenta que algo extremadamente realista era inteligencia artificial, pero ¿no te choca todavía más cuando te percatas de que pensaste que cierto contenido era IA para luego enterarte que efectivamente era real?
Periodismo frente al fin de la realidad
En el contexto actual, cuando la verdad es enterrada entre sombras cibernéticas y las mentiras sintéticas se disfrazan de realidad, el rol de los periodistas y la academia pasa a ser más importante que nunca.
Nadie puede adaptarse por completo a la vorágine de cambios tecnológicos que estamos experimentando. No existe ser humano que estuviera preparado para el colapso de la realidad, sobre todo cuando se está presentando a un ritmo tan acelerado que pareciera un grito silencioso, pero cuando la verdad parece perdida, son los periodistas quienes deben buscarla.
Hoy, inmersos en la cueva de Platón, aquellos en quienes la ciudadanía ha depositado su confianza, deben ser quienes luchen por salir de las penumbras y contemplar la verdad detrás de las sombras que se proyectan frente a ellos, para llevarla hacia las personas.
Para eso, es necesario que el periodista no olvide su rol social, que emplee la IA como lo que es, una herramienta, pero que jamás abandone los ejercicios de verificación de información, ni el tratamiento de la misma, porque la llegada de la era digital confirmó la gran diferencia entre lo que debe distinguir a un periodista con respecto a un usuario web: el tratamiento de la información y la ética periodística.
Tiempo de preguntas
Por otro lado, la academia debe incrementar esfuerzos, debatir y brindar respuestas, porque si hoy las casas de generación de conocimiento se quedan aunque sea un paso atrás, será imposible ganar la carrera con, contra y por la inteligencia artificial.
Es urgente enseñar y comprender el uso ético de las herramientas de IA, diseñar constantemente métodos de verificación que se actualicen de forma permanente, estar al día con el cambio tecnológico que presentan estos software y sentar las preguntas que nos permitan obtener las respuestas que tanto apremian: ¿Cómo hacer periodismo frente al fin de la realidad? ¿Cómo buscar la verdad?
Tal vez esta columna no sea capaz de otorgar la respuesta a dicha incógnita, sin embargo, estoy intentando dar el primer paso hacia ella desde el ejercicio más básico de la esencia periodística para perseguir la verdad: hacer la pregunta.