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El COVID-19 ahora también ataca la tasa de desempleo

Nos hemos acostumbrado a manejar ciertos términos clínicos, como “Camas Críticas”, “Unidad de Cuidados Intensitos UCI” “Mascarillas N-95”, “Alcohol Gel”, y convivir con el desafío  entre atender primero la economía  o la sanidad o también podría ser en forma conjunta a la economía y la sanidad. Mientras se ponen de acuerdo, lamentablemente las “Sala de […]

El COVID-19  ahora también ataca la tasa de desempleo

Nos hemos acostumbrado a manejar ciertos términos clínicos, como “Camas Críticas”,

“Unidad de Cuidados Intensitos UCI” “Mascarillas N-95”, “Alcohol Gel”, y convivir con el desafío  entre atender primero la economía  o la sanidad o también podría ser en forma conjunta a la economía y la sanidad. Mientras se ponen de acuerdo, lamentablemente las “Sala de Espera” empiezan a crecer de nuevos pacientes, ya no son sólo los “Adultos Mayores”  ahora se incorporan los “Trabajadores Formales” incrementando  la Tasa de Desempleo.

Por un lado seguimos escuchando y leyendo a analistas nacionales e internacionales que este año sería con un crecimiento negativo y que el próximo año un “rebote”  lo que nos llevaría a un importante crecimiento del PIB. Podríamos  deducir entonces que la  economía y la  sanidad saldrían de la UCI, a contar del próximo año. Pero muchos de los que estaban en la “Sala de Espera” con el diagnóstico de “Desempleado” o “Cesante”, tendrían que esperar un poco más, ya que las “Camas Críticas” no serían suficientes para recibirlos, por lo que muchos abandonarían  voluntariamente la Sala de Espera y acudirían a los “remedios caseros” es decir, ingresarían a la “Informalidad laboral”. Desgraciadamente en este caso los “remedios caseros” sólo les permitirían mantenerse pero no recuperarse, lo que podría ocurrir si volviesen al campo laboral formal, este proceso sería muy lento, ya que el “mercado” quedó resentido y está convaleciente del COVID-19. Los consumidores por una parte quedarían muy débiles y con bajas defensas y las empresas resentidas con una lenta recuperación. Los golpes vitamínicos que algunos podrían recibir, tendrían  sólo efecto en el mediano y largo plazo.

El nuevo desafío sería que la economía se recupere conjuntamente con una fuerza laboral sana y formal y de esta manera vencer al COVID-19, y de paso a la informalidad laboral.

Sergio M. Urrutia Donoso.
Docente Escuela de Economía y Negocios
Universidad Central.

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