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Crónica de un verano anunciado

Por: Jadille Mussa
Académica Arquitectura del Paisaje, U.Central

Crónica de un verano anunciado
Jadille Mussa 3 diciembre, 2025

Se acerca un verano que, más que esperado, parece anunciado. Los pronósticos advierten olas de calor extremo intercaladas con descensos bruscos de temperatura y lluvias frías. Donde el calor intenso podría extenderse hasta marzo de 2026. No se trata solo de cifras meteorológicas, hablamos de cómo estos cambios climáticos afectan la vida cotidiana, la salud de las personas mayores, de los niños y, también, de las plantas que nos acompañan.

Extremar los cuidados desde ahora es una forma de resiliencia. Las plantas de interior deben protegerse de los cambios térmicos, ubicándolas lejos de corrientes de aire o sol directo; si no es posible moverlas, se pueden cubrir con cortinas o telas livianas. En exteriores, donde la exposición es mayor, sombrillas, mallas rashel o incluso parches de lana y telas coloridas pueden transformarse en pequeños refugios climáticos.

Se debe evitar regar en las horas de más calor, no solo se pierde agua, también se daña el suelo y las raíces. Al amanecer o al caer la tarde, el riego se vuelve un acto de cuidado consciente. No olvidar de poner bebederos para aves e insectos, ya que también sufren los impactos de los cambios de temperatura y la falta de agua del verano.

Cada gesto cuenta. Con creatividad y sin gran gasto, podemos mitigar los efectos del cambio climático desde nuestros hogares y jardines, cultivando, además, una ética del cuidado hacia la naturaleza que nos sostiene.

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