Cautela en la política monetaria

Para el presente año se muestra una economía chilena enfrentada a un entorno global incierto, marcado por guerras comerciales y tensiones geopolíticas. Aun así, se proyecta que para el 2025 el PIB crecerá 2,2%, levemente sobre su potencial, impulsado por el sector exportador, principal determinante de la expansión de la actividad este año y el anterior. En cambio, la inversión sigue débil, excepto en maquinaria y equipos; y la construcción continúa paralizada, con caídas históricas de permisos de edificación. A su vez, la proyección del 4,0% de inflación anual es reforzada por la evolución del tipo de cambio, debido a que la actual debilidad del dólar reduce los riesgos de inflación importada. En este contexto, el Banco Central debe consolidar la convergencia inflacionaria, compatibilizando el apoyo al sector real. Con tasas internacionales altas y la incógnita del financiamiento del plan fiscal de Trump, el riesgo de un relajamiento prematuro podría ser contraproducente. No obstante, debería haber recortes moderados en los próximos meses para estimular un crédito aún deprimido.

La política monetaria debe actuar con prudencia, reconociendo los límites del bajo crecimiento potencial, la fragilidad del empleo y el incierto panorama global.