La campaña electoral ha terminado
Alejandra Riveros M.
Directora Carrera de Publicidad
Universidad Central de Chile
El norteamericano Paul Lazarafeld, en plena década de los 40, aseguraba que «la campaña electoral ya había terminado», luego de investigar el comportamiento de los ciudadanos previo a las elecciones donde se enfrentaron Franklin D. Roosevelt y Wendell Willkie, para ser el próximo presidente de EE. UU. Pero ¿por qué ya no había espacio para la campaña? El principal hallazgo reveló que una campaña ya no cambiaba el voto o la intención de este, sino más bien lo que hacía era reforzar e intensificar la predisposición que ya se tenía frente a un candidato. En esto, el rol de los medios de comunicación contribuía de manera significativa.
Otro de los aportes de este estudio fue identificar la importancia de las relaciones interpersonales en las campañas electorales, es decir, cómo los grupos con los cuales las personas conviven en la cotidianeidad sí inciden en las decisiones frente a una elección. Aquí surge la figura del líder de opinión, como una persona relevante, capaz de ser un referente y conductor de comportamientos de determinados grupos. Así, en una campaña electoral, se requiere de ciertas personas que lideren con su opinión y conducta para influir sobre otros y ser un mediador, en este caso, de aquel candidato con la ciudadanía. En simples palabras se requiere de un líder con el cual las personas puedan identificarse y les sea creíble.
En el actual escenario electoral que enfrentamos en Chile, tanto Kast como Boric, han requerido de referentes políticos para que sean mediadores entre los votantes y los propios candidatos. Kast reclutó a dos mujeres, Paula Daza y Evelyn Mathei y Boric, a Izkia Siches. No tan solo son mujeres que han liderado en sus ámbitos, sino que han encabezado proyectos políticos que requieren de mucha iniciativa y compromiso, los que han sido reconocidos por la ciudadanía. La selección de estas líderes de opinión no ha sido al azar, sino que responde a una estrategia de tener mayor electorado, acercarlo y ofrecer un liderazgo creíble, potente y de confianza, algo tan escaso en estos días.
Considerando lo dicho anteriormente, antes del próximo 19 de diciembre, día en que se decidirá quién será el próximo presidente de Chile, sí es posible asegurar que la campaña electoral ha terminado. Si bien, las encuestas dan un resultado estrecho, los debates siguen exponiendo las diversas posturas, extremas, por cierto, y las campañas refuerzan las ideas de los candidatos, cada chileno y chilena ya tiene su decisión tomada de acuerdo con sus principios y valores. Y no tan solo eso. La postura electoral ha sido conversada y socializada en el día a día con cada grupo al cual pertenecemos: con la familia, con los amigos, con los vecinos, en los espacios laborales, en fin. Es tema de conversación y de intercambio a la hora de comer, en una reunión informal o incluso en un espacio protocolar.
Por ello, en estos últimos días, lo que se escucha y se ve por los medios masivos, por los diversos espacios de comunicación, plataformas digitales y redes sociales, a estas alturas, solo refuerzan las convicciones de la ciudadanía, aquello que ya se ha discutido y conversado. Asumamos entonces que la campaña electoral sí ha terminado. Ahora, solo nos queda esperar.