Publicidad con sentido
Por Alejandra Riveros M.
En el marco de un nuevo día de la publicidad, quienes nos dedicamos a la formación de nuevas generaciones de publicistas convocamos a la reflexión sobre el rol de esta profesión que incide en la construcción de las sociedades a nivel global.
Cada 4 de diciembre, se celebra el día de los publicistas, criticados muchas veces por fomentar el consumo y de crear necesidades superfluas dentro de la población.
Pero ¿se identifica un rol de la publicidad? Esta técnica de la comunicación ha sido reconocida tradicionalmente por difundir productos y servicios, dirigidos a determinados públicos objetivos. No obstante, a partir de las transformaciones sociales y demandas de distintos grupos y colectivos, el ejercicio publicitario ha tenido que reflexionar sobre diversos cambios, como, por ejemplo, nuevas formas de elaborar mensajes, incorporando un lenguaje más inclusivo, como señal de la diversidad que experimentamos los seres humanos.
Dentro de este contexto, una de las expresiones genuinas desde el estallido social, ha sido la interpelación a los medios de comunicación y al rol de la publicidad. Esto evidenció la insatisfacción de usuarios y consumidores por ver cómo desde la comunicación masiva, se fomenta una industria cultural sustentada muchas veces en mensajes estereotipados, donde ciertos roles sociales se van instalando en el imaginario colectivo y distorsionan la realidad de las personas.
A partir de lo anterior, la publicidad enfrenta un desafío importante: reconocer las reales necesidades de los públicos y poder responder de manera precisa frente a esas demandas. Por ello, hoy es el tiempo para que los profesionales que ejerzan la publicidad hagan todos los cambios necesarios para potenciar marcas y organizaciones con una sensibilidad y empatía con el entorno. El llamado es entonces a que los publicistas puedan innovar de manera responsable tanto en conceptos, ideas, imágenes, llamados, con enfoque de género, en donde haya conciencia real de dar una participación a todas y todos sin discriminación.
Cabe mencionar que este desafío no es tan solo de la industria publicitaria, sino que debe surgir dentro de los mismos espacios de formación de nuevos publicistas. Son las carreras de publicidad existentes en nuestro país, las que deben realizar una autocrítica y autoevaluación, para ver cómo los diversos planes de estudio responden a las tendencias y transformaciones no tan solo de un mercado cambiante, sino que de una sociedad que manifiesta sus molestias y no calla fácilmente. Las innovaciones a las mallas curriculares es un paso urgente que deben dar las escuelas y carreras de publicidad, donde se incorporen nuevas materias que potencien esta mirada inclusiva y más humana.
Por todo lo anterior, la publicidad solo enfocada en la producción, comercialización y el consumo es de siglos anteriores. Hoy, el quehacer publicitario está desafiado a humanizarse y a encontrar respuestas frente a tantas problemáticas sociales. De ahí que solo haya espacio hoy en día, a una publicidad empática, con relatos potentes, creíbles e historias cargadas de emoción y de identificación con las personas. Sin duda, es el tiempo de una publicidad con sentido.