Nuestro futuro laboral y la creatividad
Muchas personas se preguntan en este momento por el futuro laboral. Los datos y estadísticas nos muestran un panorama muy sombrío, respecto del desempleo, pobreza, contracción económica, entre muchas otras cosas en el horizonte. La verdad es que el futuro, al ser incierto, sólo requiere certeza; sin embargo, ¿dónde encontrarla? ¿cómo habitarla? Las respuestas siempre […]
Muchas personas se preguntan en este momento por el futuro laboral. Los datos y estadísticas nos muestran un panorama muy sombrío, respecto del desempleo, pobreza, contracción económica, entre muchas otras cosas en el horizonte.
La verdad es que el futuro, al ser incierto, sólo requiere certeza; sin embargo, ¿dónde encontrarla? ¿cómo habitarla? Las respuestas siempre pueden ser confusas, pues tampoco hay certeza de dónde encontrarlas.
Ante un escenario adverso, en lo económico y laboral, cabe siempre la reflexión respecto de cómo impregnar, desarrollar y potenciar aquellas habilidades propias que conocemos, pero también (y es la gracia, en definitiva) aquellas no conocíamos.
La clave de una búsqueda es ir entrenando el pensamiento divergente. Ese pensamiento es aquel que nos lleva a reflexionar de manera nueva, diferente e incluso atrevida; pensar en las cosas como nunca lo habíamos pensado o como no nos atrevíamos a hacerlo.
Si a usted le gusta pintar, cocinar, diseñar, bordar o lo que sea, atrévase a explorar su fase creativa. No significa que ante una necesidad de trabajar tenga que pensar qué debe cocinar o pintar; por el contrario, indague cuáles son los elementos de ese oficio (pintar o cocinar) que le producen alegría y satisfacción. Verá, por ejemplo, que si al cocinar usted siente que contribuye con otras personas, logrará dilucidar qué tipo de oficios le permiten ayudar a las otras personas.
Probablemente encontrará una suerte de alternativa laboral cuidando a personas enfermas, niños o personas mayores, etc. Si lo que le mueve es la pintura, vea la posibilidad de trabajar por ejemplo pintando casas; si lo que le interesa es ordenar, indague en la posibilidad de lavar automóviles, ordenar espacios en las casas, entre otras. En definitiva, explore las posibilidades nuevas y creativas de ofrecer un servicio.
Con esto decimos que la llamada empleabilidad tan necesaria en nuestros días, no está en el mercado; ya hemos visto las industrias, pymes y organizaciones que se encuentran en un periodo de clara desesperanza. Es tiempo quizás de comprender que la empleabilidad es una capacidad que tenemos las personas, no el mercado. Junto con enviar un currículum, si así lo desea, busque dentro de sí cómo puede ser una persona que genere trabajo. Esa búsqueda se centra en la exploración que pueda hacer de sus capacidades no conocidas y le permitirán enfrentar un escenario también no conocido, tal vez allí se encuentra algún camino que de serenidad, esperanza y algo de certeza, el camino para reinventarse y atreverse a dar el paso.
Daniel Sánchez
Psicólogo y académico UCEN