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Tropezar con la misma piedra

El peronismo kirchnerista volvería en Argentina el 27 de octubre, en la primera vuelta electoral, si se mantiene la tendencia de las primarias recientes.  Hace sólo cuatro años los despidió del poder por Macri, ahora castigado por un electorado que exigió soluciones efectivas y rápidas, no logradas. Su gestión priorizó recomponer el país del descalabro […]

Tropezar con la misma piedra
Samuel Fernández 21 agosto, 2019

El peronismo kirchnerista volvería en Argentina el 27 de octubre, en la primera vuelta electoral, si se mantiene la tendencia de las primarias recientes.  Hace sólo cuatro años los despidió del poder por Macri, ahora castigado por un electorado que exigió soluciones efectivas y rápidas, no logradas. Su gestión priorizó recomponer el país del descalabro peronista, pero descuidó a las personas. El kirchnerismo lo hace al revés y ha funcionado, aunque el país no prospere, oponiéndose al empobrecimiento salarial; aumento de las tarifas; dólar e inflación el alza constante; y recortes en los subsidios que marcaron la actual administración.  No han pesado en contra de Cristina, la corrupción y los juicios acusatorios a ella y su entorno, muchos presos, aunque  esté protegida por su fuero parlamentario; ni los bolsos con dinero; los cuadernos con pagos ilícitos y el cansancio del omnipresente sistema K, como se conoce. En pocos años, todo vuelve a empezar y cuesta creer que será diferente a lo hecho en tantos años en el poder.

Los mercados y el dólar lo han demostrado tan pronto conocidas las PASO, y no ha sido responsabilidad de Macri, aunque lo culpen y agrave su crisis. Son el efecto de tales resultados y la desconfianza que inspiran. La economía interna lo presiente, y habrá consecuencias internacionales inevitables, económicas como políticas. Si Argentina decide finalmente que hay que regresar al pasado, será su decisión autónoma, sin el acompañamiento de las economías y organizaciones mundiales que han confiado y dado su apoyo generoso a Macri. El país queda endeudado y frustrado. Como reacción, busca volver a la bonanza y las promesas peronistas, siempre presentes y efectivas en el sentimiento de sus adherentes, que los perdonan y abarcan todo el arco político. Una fórmula duradera y base del peronismo tradicional.

Chile necesitará una readecuación en sus prioridades vecinales. Nuestra sintonía con el peronismo kirchnerista, es escasa y se ha demostrado. No así  los otros símiles regionales, populistas y en retirada por sus fracasos. Seguramente ahora festejan y buscarán recuperar Argentina a su favor en el ámbito latinoamericano. Difícil período el que viene, si como todo lo indica, nuestro vecino tropezará nuevamente con la misma piedra.

Samuel Fernández
Facultad de Derecho, U. Central

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