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Tras los Pasos de la Pobreza

De acuerdo al Registro Social Calle 2017 realizado por el Ministerio de Desarrollo Social, en Chile existen 10.610 personas en situación de calle. 85% son hombres y el 15% mujeres. Son cifras que además consideran las razones por las cuales una persona cae en esta condición: consumo excesivo de alcohol y drogas y problemas familiares, […]

Tras los Pasos de la Pobreza
Ignacio Paz 17 abril, 2018

De acuerdo al Registro Social Calle 2017 realizado por el Ministerio de Desarrollo Social, en Chile existen 10.610 personas en situación de calle. 85% son hombres y el 15% mujeres. Son cifras que además consideran las razones por las cuales una persona cae en esta condición: consumo excesivo de alcohol y drogas y problemas familiares, en ese orden. Si bien la discusión del día a día contempla que una sociedad moderna que aboga por la inclusión y la igualdad no debería tener estos problemas, resulta paradójico que las cifras que arrojan las distintas mediciones se mantienen en rangos similares y la realidad no cambia o se aprecia un avance precario.

Entonces vale preguntarse cuál es la falla, qué se está haciendo mal. En ese contexto es necesario obviar los fríos indicadores macroeconómicas y dirigir la mirada a factores valóricos y éticos para animarse a poner el dedo en la llaga de una sociedad que prefiere dar la espalda a la pobreza en vez de entender el fenómeno para dar un paso hacia la solidaridad y las acciones concretas que sumadas pueden modificar realidades y destinos marcados por el dolor de la calle y que lamentablemente no son foco de interés para los medios de comunicación masivos.

Existen apuestas individuales que se forjan a pulso y con recursos limitados pero que gracias a la tenacidad de sus mentores han logrado objetivos que por pequeños que parezcan son capaces de dibujar una sonrisa en algún benefactor. También están las instituciones formales que avanzan en concordancia con las políticas gubernamentales y finalmente reconocemos la institucionalidad que entrega los indicadores y cifras, aquella que a pesar de los esfuerzos de sus programas hoy informa a través de datos duros acerca de un fenómeno más bien estancado.

El desafío para las nuevas autoridades es grande y desde ya es obligación periodística recordar lo que el programa de gobierno del presidente Sebastián Piñera postula sobre el particular en su Plan Nacional para la Superación de la Pobreza: Ingreso Ético Familiar, fortalecimiento del empleo y educación, ampliación de bonos, subsidio al empleo joven, eradicación de campamentos (a largo plazo – 2026), fortalecer el programa Noche Digna y la creación de un plan de apoyo a personas en situación de calle, entre otras apuestas declaradas.

La premisa es que Chile tiene los recursos para combatir la pobreza y en ese entendido es que las promesas serán revisadas en cuatro años más. Junto con eso lo que se espera es que hablemos de una sociedad comprometida, sensible, informada y solidaria donde camine motivada por valores y no por dólares. Se espera que al final del día en vez de cifras hablemos de inclusión no como un concepto que adorna un discurso de campaña sino como una mirada arraigada en cada uno de nosotros.

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