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Femicidio: una pandemia mundial

Ver el llanto desgarrador de mujeres, exigiendo justicia, es una de las imágenes más recurrentes que hemos visto a través de los medios de comunicación este último fin de semana. Con gran dolor nos enteramos de la confesión del único imputado en caso Fernando Maciel. El hombre de 25 años, Felipe Rojas, finalmente, luego de […]

Femicidio: una pandemia mundial
Alejandra Riveros 11 enero, 2021

Ver el llanto desgarrador de mujeres, exigiendo justicia, es una de las imágenes más recurrentes que hemos visto a través de los medios de comunicación este último fin de semana. Con gran dolor nos enteramos de la confesión del único imputado en caso Fernando Maciel. El hombre de 25 años, Felipe Rojas, finalmente, luego de la reconstitución de escena que se efectuó este domingo, asumió el macabro crimen contra la joven, quien además estaba embarazada de 7 meses.

Cuando vemos estas escenas por televisión y escuchamos a una familia desconsolada, reclamando justicia para quien fuera Fernanda, solo surge una expresión de mucha rabia, impotencia, pero también de mucha tristeza, por ver un gran sufrimiento a costa de una mente desenfrenada que decidió terminar con la vida de una mujer.

En este triste contexto, se conmemoró el 19 de diciembre como el primer día nacional contra el femicidio. Se estableció esta fecha, en memoria de Javiera Neira Oportus, niña de 6 años, quien fue asesinada por su padre en el 2005. Diversas organizaciones feministas manifestaron fehacientemente no más muertes a las mujeres, solo por el hecho de serlo.  Incluso, canales de televisión prepararon algunos materiales audiovisuales para demostrar cuántas mujeres ya no están en medio nuestro, quienes fueron asesinadas por sus parejas o exparejas durante este 2020.

De acuerdo con el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, hasta la fecha, se registran 40 femicidios consumados y 147 frustrados a nivel nacional.  No obstante, la Red Chilena Contra la Violencia hacia la Mujeres, asume 53 asesinatos.  Estas diferencias siempre se producen entre las cifras oficiales y la de otros organismos, ya que varían de acuerdo con el prisma con el cual analizan las causas y el lazo que existe entre víctima y victimario. Sin duda, que cada caso es una historia tremenda con situaciones incomprensibles para la razón humana. Ejemplo de ello, es uno de los momentos más terribles sucedidos en este 2020: el caso de Ámbar, niña de 16 años, asesinada por su padrastro y donde su propia madre fue cómplice en un acto macabro, doloroso de recordar hasta el día de hoy.

La propia Organización de las Naciones Unidas, ONU, en el 2018, declaró que el femicidio es una pandemia mundial, al informar las casi 3000 muertes de mujeres y niñas en América Latina y el Caribe.  De hecho, se asegura por parte del mismo organismo que América Latina es la segunda región más letal para las mujeres después de África. Y las cifras nos dejan paralizados: la ONU asegura que cerca de 150 mujeres son asesinadas diariamente por su pareja, expareja o alguna persona de su familia.

Todo lo anterior, nos debe motivar a erradicar una vida con violencia y, particularmente, contra las mujeres. Lamentablemente, la historia relega y discrimina la posición de las mujeres, supeditadas históricamente al dominio de los hombres, quienes, en situaciones de descontrol, se sienten dueños del cuerpo de las mujeres y asumen que dicha corporalidad es propia frente a la cual pueden decidir de manera arbitraria, causando un daño irreparable, llegando a la propia muerte.

Por lo anterior, instalemos en nuestro imaginario colectivo la fecha del 19 de diciembre, para simbolizar nuestro rechazo contra el femicidio. Es cierto que hoy estamos luchando contra la pandemia del Covid-19 y todos los esfuerzos están centrados en ello. Sin embargo, el estar en contra de los asesinatos a las mujeres y las niñas, es una lucha que debemos seguir enfrentando, porque no se erradica con un antídoto o una vacunación masiva. Solo se puede enfrentar con un cambio cultural donde aprendamos a convivir y a relacionarnos como personas, sobre la base del respeto y promoviendo la igualdad entre hombres y mujeres. El anhelo es que esto se pueda socializar desde los primeros años de vida y trascienda realmente a todas las esferas sociales.

Entonces, procuremos vivir sin violencia. Comprometámonos a ello. ¡No más muerte a las mujeres solo por el hecho de serlo!  Esta pandemia es el gran enemigo que tenemos y que debemos combatir a escala global.

Por Alejandra Riveros M.
Directora (i) Carrera de Publicidad UCEN
 

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