Columnas

Con espacio para las dudas

La primera vez que me enfrenté a una Fake News fue cuando tenía seis años. A mi corta edad, mi interés por la fauna en general ya era algo que me caracterizaba y, al no ser popular entre mis compañeros, pasaba mis horas de recreo en la biblioteca de mi colegio leyendo libros sobre los […]

Con espacio para las dudas
  • La primera vez que me enfrenté a una Fake News fue cuando tenía seis años. A mi corta edad, mi interés por la fauna en general ya era algo que me caracterizaba y, al no ser popular entre mis compañeros, pasaba mis horas de recreo en la biblioteca de mi colegio leyendo libros sobre los animales. Ahí aprendí no tan solo sobre diversas especies sino que a armar un sistema de verificación en donde, si no entendía una palabra, la buscaba en el diccionario y si un hecho no me convencía me dirigía a otro estante y engullía un libro hasta quedar satisfecha con el resultado. Todo esto ante la mirada de mis pares que, dicho sea de paso, ya me encontraban algo peculiar.

Un día, en clases, nos mandaron a preparar una disertación sobre un animal que nos gustara. Llegó el día de la presentación y una compañera llegó con la noticia de  que las ballenas tenían hijos a través de huevos. Todos, quedaron tan impresionados que no se habló de nada más en el día. Por mi parte, traté de desmentir esta información indicándoles que no era correcto, que las ballenas eran vivíparas tal como los humanos pero aún con mis palabras rebuscadas que me gustaba decir cuando pequeña, nadie me hizo caso.

De ahí en adelante tengo recuerdos borrosos de si me creyeron, de si algún profesor desmintió la información o si descubrieron ellos mismos la verdad. Lo que sí recuerdo fue que, esa fue mi primera decepción que tuve gracias a una noticia que no era cierta y a una información que, definitivamente, no era válida. Triste fue mi noticia cuando con el pasar de los años noté que este sentimiento tan incómodo y esta necesidad de querer desmentir todo aquello que entiendo que no es verdad no era algo que se iba ir con el tiempo, al contrario, es una tarea mucho más ardua de lo que parece.

Podríamos echarle la culpa a los medios. A la tele, al internet, al whatsapp, al microondas o cuánta cosa uno quiera pero, lo cierto es que, las Fake News han existido desde tiempo inmemoriales. Solo basta que escuchemos a la señora de la esquina que sigue diciendo que habrá un desabastecimiento y nos daremos cuenta que el boca en boca fueron las primeras noticias falsas que existieron. Lo distinto es que ahora todo tiene un nombre y que basta un segundo para generar una información errónea.

Lamentablemente, hoy día hemos caído en la vulgaridad y la mala costumbre de creer de buenas a primeras todo lo que nos dicen perdiendo la capacidad que teníamos de pequeños de encontrar gracias a nuestros propios medios lo que es real. Esto, nos ha llevado a creer que un virus está siendo lanzado al aire por las compañías farmacéuticas y que la solución está en la vacuna para perros que previene este mismo virus o que este virus está presente en el país solo que no quieren decirnos porque todos moriremos y gracias a esto la primera línea desaparecerá y la tierra será reinada por seres con rasgos de reptiles, etc. Podría seguir con más ejemplos pero temo que, alguna de estas mentiras que acabo de escribir, sean tomadas por verdad y eso lo último que quiero hacer.

A este hecho tan triste que nos estamos enfrentando como sociedad tenemos que agregar que las personas a cargo de ciertas áreas como la salud tampoco están informadas ni capacitadas de la forma en la que deberían confundiendo Proteínas Reactivas con Reacciones en cadenas de o afirmando que el virus está en el país cuando, en realidad, son personas de nuestro país viviendo en Asia.

Creo que lo que en el fondo quiero decir es que siempre, ante todo, hay que dejar espacio para una duda cuando uno lee una información. No importa quién la dé, aunque sea la persona más capacitada o la que esté  Ni en las ciencias más exactas está la exactitud absoluta y pienso que, creer en esto es lo que nos ha permitido descubrir aún más cosas. El dudar nos sirve para investigar, reflexionar y descubrir por nosotros mismos qué cosas creer, qué sentir ante lo que se descubre y qué cambiar ante una verdad que nos afecta a todos.
No importa si lo que decía aquella persona era lo correcto; el hacer el trabajo de haber recabado la información y confirmarlo por ti mismo es lo que nos ayudará más adelante a que las Fake News y/o la información mal entregada sea algo que cada vez pase menos.

Como decía Stephen Hawking:
Recuerda mirar hacia las estrellas y no abajo hacia tus pies. Trata de darle sentido a lo que ves y pregúntate qué haces en el universo. Sé curioso. Por más dura que la vida pueda parecer, siempre hay algo que puedes hacer para llegar al éxito, lo importante es que nunca te des por vencido.

María Paz Yurisch
Divulgadora científica

Columnas Relacionadas