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Casen y Migración: uno de cada cuatro niños migrantes está debajo de la línea de la pobreza

La Encuesta Casen publicada en julio de 2021 apuntó el aumento de pobreza en general para la población que vive en Chile en el 2020, y los factores de este incremento se relacionaron con la Pandemia por Covid-19 y la crisis social y económica que acompañaba parte de ese período. Sin embargo, hay un grupo -dentro de los estudiados- que sufrió un deterioro aún más radical en sus ingresos: las y los migrantes.

El estudio “Casen y Migración: Una caracterización de la pobreza, el trabajo y la seguridad social en la población migrante”, elaborado por el Área de Estudios del Servicio Jesuita a Migrates a partir de los datos de la Encuesta Casen, profundiza en la caracterización de este segmento y las posibles causas de su compleja situación, alertando que entre ellos, hay grupos todavía más castigados por la pobreza entre los migrantes: mujeres, niños, niñas y adolescentes y quienes viven en la zona norte del país.

De la población migrante en situación de pobreza, están más afectados quienes se encuentran en la zona del norte grande del país (Regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta) donde la tasa de pobreza de los extranjeros alcanza el 28% y la de informalidad laboral llega a un 35%.

También se detectaron índices que exponen una brecha de género en  la población migrante:  Las mujeres tienen menor participación en el mercado laboral, puesto que un 78% de los hombres extranjeros posee empleo, mientras que esto es de un 60% en las mujeres. Además es mayor el porcentaje de mujeres ocupadas en empleos informales (25%) en relación a los hombres (22%). “Es relevante destacar que las mujeres en ambos grupos (chilenos y migrantes) tienen mayores porcentajes de ocupación informal que los hombres, existiendo también acá una brecha de género, donde las mujeres estarían ingresando a trabajos más precarios y con menor seguridad social”, dice el Informe en su página 12.

A ello podemos añadir que la pobreza en general afecta más a niños, niñas y adolescentes (NNA) nacidos fuera de Chile, donde un 26%, es decir, uno de cada cuatro, se encontraba en situación de pobreza en el 2020. El informe también señala que el 15% de los NNA nacidos en Chile está bajo la línea de pobreza, pero dentro de este grupo, cuando un NNA que nace en el país tiene al menos uno de los padres migrante, la cifra es de 22% debajo de la línea de pobreza. 

“Principal atención requieren los niños, niñas y adolescentes migrantes, donde además muchos y muchas, según pudimos ver en nuestro trabajo cotidiano, tuvieron problemas para acceder a educación por falta de dispositivos tecnológicos idóneos para la educación online durante la pandemia. Estar atentos también a la necesidad de regularización migratoria en dicho grupo y sus familias, cuidando que algunas medidas migratorias puedan afectar el interés superior del niño. Este es un problema que debemos resolver los adultos rápidamente”, señaló Carlos Figueroa, Director de Incidencia Pública y Estudios del SJM

Las causas 

El estudio “Casen y Migración: Una caracterización de la pobreza, el trabajo y la seguridad social en la población migrante” encontró que el mayor aumento de las tasas de pobreza en la población migrante frente a la población chilena, entre 2017 y 2020, no se debe a un tema de inserción ni de formalidad laboral, como tampoco a las características del patrón migratorio actual (que lleva pocos años de asentamiento en Chile). Lo que más explica este incremento es una carencia en el acceso a seguridad social, como también por la situación que viven las personas migrantes en la zona del Norte Grande del país, donde habita un no menor 14% de la población extranjera y se ubica un 11% de la fuerza laboral extranjera.

En relación a lo anterior, este estudio señala como la causa más significativa para este mayor efecto en la población migrante la menor presencia de apoyo monetario estatal durante la pandemia. En dicha línea, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), uno de los apoyos más relevantes durante la pandemia, que fue recibido en menor medida en hogares migrantes (22%) que en chilenos (32%), lo cual se replica, con diferencias significativas, en los distintos deciles de ingreso. Entonces, señala el trabajo de SJM, el mayor aumento de la pobreza en la población migrante que en la nacional entre el 2017 y el 2020, más que a un tema de inserción y formalidad laboral, o de las características del patrón migratorio actual, se debe a una menor presencia de redes de apoyo institucionales.

“Si la falta de redes de apoyo institucional es un factor en la profundización de la pobreza de la población migrante, a nuestro juicio cobra aún mayor importancia los esfuerzos de regularización de los personas migrantes, como también en la existencia de canales formales que los guíen en el acceso a derechos como salud, vivienda y educación. También es imperante ver la migración desde una perspectiva regional, donde ningún país por separado puede abordar este fenómeno social”, sentencia Carlos Figueroa, Director de Incidencia Pública y Estudios del SJM.

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