En pleno otoño Chile comienza a enfrentarse al fenómeno natural del «niño», un evento meteorológico que consiste en un aumento de la temperatura del mar en la costa chilena.
Según los expertos, el niño es causado por la interacción entre el océano y la atmósfera, y se produce periódicamente en diferentes partes del mundo. Sin embargo, en esta ocasión, el fenómeno ha sido particularmente intenso en nuestro país, alcanzando temperaturas del agua superiores a lo habitual en esta época del año.
Este fenómeno natural genera un clima más cálido y seco en algunas zonas, lo que aumenta la demanda de energía para la refrigeración y el aire acondicionado, solo por ejemplificar. Además de afectar a la biodiversidad marina, provocando cambios en la distribución de especies y una disminución de algunas poblaciones de animales.
Por otro lado, el niño también ha generado preocupación entre los agricultores, ya que el aumento de la temperatura del mar podría afectar a los cultivos y la producción de alimentos. Asimismo, ha aumentado el riesgo de incendios forestales en algunas zonas del país, debido al calor inusual en estas fechas y la continuidad de la sequía.
Ante esta situación, las autoridades de nuestro país han llamado a la población a adoptar medidas de precaución y a estar alerta ante posibles riesgos. También han iniciado una serie de estudios para evaluar los efectos del niño en el medio ambiente y la economía del país.