Desde la llegada de los smartphones y el avance de la tecnología, la humanidad se acostumbró a estar conectada las 24 horas del día. Lo que se creó con un fin comunicativo, está convirtiéndose en una preocupante adicción que sufren adultos, jóvenes y niños. De hecho, según el psicólogo español Marc Masip, “no hay mucha diferencia entre la adicción a las drogas y al teléfono móvil”.
Según el último estudio realizado en 2020, 86% de los niños en Chile posee un celular propio, aun teniendo en cuenta que estas cifras son anteriores a la pandemia, que incrementó la venta de tecnología para fines de estudio y teletrabajo.
Además, se ha notado una gran dependencia al móvil, lo que ha generado ansiedad y angustia cuando no se encuentran con el dispositivo a mano.
«También es preocupante cuando se empieza a postergar otro tipo de actividades o el uso del celular empieza a interferir con la vida habitual, con las relaciones interpersonales. Hay personas que pueden afectar significativamente sus relaciones familiares, faltan a algunas responsabilidades o incluso pueden tener algunos problemas de salud física relacionados con molestias como dolor de cabeza, tendinitis o problemas de sueño», comenta Nicolas Libuy, médico psiquiatra y docente de la Universidad de Chile.
Por su parte, Marc Masip, psicólogo español que trabaja con jóvenes para educarlos y prevenir adicciones al dispositivo móvil en medio de la crisis que se vive con la dependencia a los celulares afirma que “el móvil es la heroína del siglo XXI”.
“Cuando se empezó a consumir la heroína, no se sabía qué tan mala era y al final murió mucha gente. Esperemos que ahora no sea así, pero hay gente que muere porque utiliza el celular hasta cuando conduce”, comenta Masip para BBC Mundo.