Un nuevo punto de hallazgos paleontológicos en Chile fue dado a conocer por un equipo de investigadores, quienes revelaron el descubrimiento de un ancestro prehistórico del género de sapos Rhinella que vivió hace unos 12 a 13 millones de años en la que hoy conocemos como Región de la Araucanía. Los restos encontrados en el Cerro Rucañanco, ubicado al sureste de la localidad de Lonquimay, corresponden a una extremidad superior articulada del ejemplar, pieza que permitió a un equipo de investigadores de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile determinar el parentesco del espécimen con el grupo de sapos conocidos como bufónidos, específicamente del género Rhinella. El estudio fue publicado por la revista Journal of South American Earth Sciences.
Juan Pablo Guevara, investigador de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile y autor principal del trabajo, señala que el fósil proviene de una expedición realizada en 1991. “Hasta hace algunos años, este hallazgo permanecía guardado y asociado al ave fósil Macranhinga chilensis en el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN). Durante un proyecto de manejo de colecciones, uno de los coautores, Sergio Soto, se encontraba catalogando piezas fósiles, donde notó que la morfología del ejemplar de nuestro estudio no correspondía con lo que se espera de un ave, por lo que más tarde, junto al mismo Sergio Soto y otro de los coautores, Jhonatan Alarcón, hicimos una revisión y fue en ese momento que determinamos este material fósil como un anuro, lo que dio inicio a este estudio”, relata.
El hábitat de este sapo ancestral del género Rhinella, indica el paleontólogo, se posiciona en el Mioceno, una época del período Neógeno, posterior a la extinción de los dinosaurios, en la que comienza la consolidación de la flora y fauna moderna, especialmente de mamíferos y aves. En este sentido, sostiene que “el ambiente donde nuestro ejemplar se depositó es del tipo fluvio-lacustre, lo que nos podría indicar que este animal probablemente vivió en zonas asociadas a ríos o lagos de aquella época. Este anfibio habría convivido con aves, en particular con la especie Macranhinga chilensis, mamíferos y peces de la época”.