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¿Y si Marx y Nietzche hubieran sido pastores luteranos?

Bruno Bauer ingresó a la Universidad de Berlín a estudiar filosofía y teología para seguir la carrera eclesiástica. Fue alumno de Hegel y Schleiermacher, el gran filósofo del siglo XIX y el padre de la hermenéutica, respectivamente. Pero Bauer es más conocido por ser el mentor del Marx joven. También fue profesor de Nietzsche. Tuvo una amplia relación con Karl Marx, si bien al final terminaron bastante distanciados.

Durante sus primeros años perteneció –quien lo diría– al ala conservadora de los hegelianos , época en que fue un devoto luterano, famoso por la polémica que tuvo con su compañero de estudios David Friedrich Strauss por un libro acerca de la vida de Jesús, que a Bauer le pareció muy inoportuno, ignorante y antirreligioso. Bauer aspiraba a ser profesor de teología, lo que alcanzó en la universidad donde estudió. Más tarde fueron Strauss y Feuerbach quienes lo convencieron de lo subjetivas que eran las bases de la religión. Bauer fue marginado de las universidades alemanas por su iconoclastia y una sobrecalificación que asustaba, esto lo fue alejando de la derecha y del régimen de Federico Guillermo IV de Prusia. Todo ello lo empuja para transitar desde una posición muy religiosa, de derecha en política, hasta el ateísmo y la opción revolucionaria. Bauer seguía siendo hegeliano, ahora un joven hegeliano de izquierda, pues el sostuvo que, en el fondo, Hegel era un ateo, tesis que suscitó gran escándalo.

Desde 1836 Bauer dio clases a Karl Marx. Bauer y Marx fueron muy cercanos hasta 1942, y fue aquel quien sugirió que la carrera académica podría ser el objetivo de la vida de Marx. Marx rompe con su antiguo amigo y mentor con su libro “La Sagrada familia”.

Enrique Dussel recuerda “que Marx se preparó para ser profesor adjunto de Bruno Bauer en Bonn. Bauer era explícita y solamente un profesor de teología. De no haber sido dado de baja (Bauer) en la Universidad, Marx se hubiera transformado en profesor de teología (para ello se preparaba y pensaba ocupar ese puesto). La teología no estuvo, entonces, fuera del horizonte existencial de Marx”. El seminario teológico luterano, según recuerdo haber leído hace años estuvo entre los planes de Bauer y de su tutoriado amigo Karl Marx. Dado que Marx era luterano hasta esa época, no resulta descabellado suponer al menos la reflexión por la opción por la vida religiosa, prueba de ello es que se casó con Jenny von Westphalen en 1843 en el Iglesia de San Pablo de Bad Kreuznach.

Ahora que se cumplen 200 años del nacimiento de Karl Heinrich Marx es bueno recordar e imaginar otro posible destino para el filósofo.

Nietzsche es conocido por la expresión “Dios ha muerto”, que nadie entiende porque no lo han leído. Se trata de una afirmación de Lutero: “Cristo ha muerto, si Cristo es Dios, por eso Dios ha muerto”. La idea la repite Hegel en su “Fenomenología del Espíritu”, donde afirma que Dios mismo ha muerto como manifestación del sentimiento doloroso de la conciencia infeliz, también “En Lecciones sobre Filosofía de la Religión” recuerda una canción luterana que afirma lo mismo.

Friedrich Wilhelm Nietzsche bien podría haber seguido la senda de su padre y abuelo, pastores luteranos, su dialéctica relación con Dios y la Biblia muestra una preocupación que lo acompañó a lo largo de su vida. La teología de muerte de Dios, desarrollada en USA, no habría sido posible sin la reflexión nietzschiana, ya que tanto la relevancia religiosa actual como la increencia se nutren de ella. Nietzsche hace el anuncio de la muerte de Dios en “Así hablaba Zaratustra” y en “La Gaya Ciencia”, sin ellas Paul van Buren (1924-1998) y Thomas Altizer (1927) no habrían podido formular la Teología de la Muerte de Dios.

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