Si hay algo que la pandemia nos ha enseñado es que estamos al debe en muchos aspectos y no me refiero puntalmente al desarrollo de los profesionales de las distintas áreas durante el tiempo que estamos viviendo sino cómo está todo tan estructurado para que, de alguna u otra forma, algo salga mal.
Por ejemplo: Chile se ha transformado en uno de los países que más personas ha vacunado, pero, siendo sinceros, el calendario de vacunación ha recibido más críticas que aplausos, así como también el plan de retorno a clases del ministro de Educación Raúl Figueroa; se abrieron los colegios y hubo rebrotes en distintas partes que hizo que los colegios cerraran una vez más.
Pero si hay algo de lo que realmente debemos hablar es sobre el Plan Paso a Paso. No quiero que se entienda mi columna como párrafos alusivos a mi postura contraria al gobierno, para nada, pero sí no podemos quedarnos de brazos cruzados y con los ojos cerrados diciendo que todo lo que está haciendo la cartera actualmente está bien. Es cierto que las limitaciones hacia las personas y comercios es algo que ha replicado todo el mundo para controlar el virus es una buena jugada sí hay otros movimientos en el tablero que están afectando algo más importante que no se ha tomado en cuenta: la salud mental tanto de humanos como animales.
Diversos estudios han demostrado que los animales tienen la capacidad de tomar decisiones, comprender emociones e, incluso, sentir empatía tanto por sus tutores como con sus pares. Es por esto por lo que
existe la etología: ciencia que investiga y estudia el comportamiento ambiental desde un punto de vista emocional. El bienestar de nuestro compañero animal es tan importante como el nuestro y aquí es donde nos preguntamos: ¿qué pasa con la salud mental de nuestras mascotas?
Las modificaciones del Plan Paso a Paso dejaron en claro que, las comunas en cuarentena tienen solo dos permisos para salir durante la semana y si no los ocupaste, entonces, tienes 1 durante los días sábado y domingo. Con esta restricción debemos organizar en qué momento vamos a comprar, a hacer trámites, y en qué momento paseamos a nuestras mascotas. Y es que, sin querer humanizar, los animales domésticos (incluyendo a los exóticos) necesitan recrearse. No tanto por el enriquecimiento que el jugar brinda sino también para evitar ciertas patologías que pueden generarse por un exceso de enclaustramiento de nuestro animal. Comportamientos compulsivos, depresión, pérdida de sociabilización con otros pares y humanos son resultados de mantener dentro de nuestras casas a nuestras mascotas. Imaginen entonces cómo es el trauma de cambiar una rutina establecida de un momento a otro. Ni hablar de aquellos animales que están acostumbrados a hacer sus necesidades afuera. Está comprobado que tanto perros como gatos y otras especies tienen lugares, horas y espacios donde realizar distintas actividades durante el día.
Ahora, lamentablemente, debemos escoger qué hacer con nuestros permisos. Si ir al banco, si pasear al perro o si comprar el pan. Hay algunos que podrían pensar que los trámites mencionados anteriormente se pueden hacer con la mascota, pero no es así y esto va más allá de si dejan entrar al perro a algún lugar; solo las personas que tienen una mascota saben que los paseos y estos momentos a solas con el tutor son esenciales para la relación dueño-animal y que, además, ¡qué sorpresa! Ayudan enormemente a nuestra salud mental también o, acaso, ¿el correr detrás de nuestra mascota o tomarle fotos no nos hace más felices? Incluso la franja de Elige Vivir Sano no sirve para todos: ¿y los que debemos salir temprano a trabajar y no hacemos ejercicio? ¿Cómo sacamos a nuestras mascotas? Y los que sí se ejercitan: ¿realmente quieres sacar a tu perro a correr contigo cuando ellos también necesitan un precalentamiento, también necesitan respetar sus horarios de sueño? Además del estrés que significa sacarlo en un horario que a él no le corresponde y para los entendidos en el tema sabemos que en diversas patologías el estrés es desencadenante. Entonces, es escoger qué hacer o arriesgarse a una multa.
Urge una política en donde los animales ya no se vean como bienes muebles, sino que como seres sintientes y ¿por qué no? Pensantes y donde podamos tener un permiso especial para poder sacarlos a pasear como corresponde en busca del bienestar humano y animal. El tener una mascota durante una pandemia es un beneficio tremendo, pero también una responsabilidad enorme que debemos asumir de la mejor manera posible y, desgraciadamente, el Gobierno no lo está viendo. Al final, todo es esencial para quien lo necesita y para quien lo hace es por esto por lo que, personalmente siento que, si bien la buena intención está, de todos los pasos que damos para luchar contra el Coronavirus, retrocedemos dos. No espero que tengamos todas las respuestas inmediatamente pero sí que se vayan mejorando algunos aspectos que quizás no son importantes para todos, pero sí importan de sobremanera para quienes estamos inmersos en el contexto.
Aprovecho además de mencionar la necesidad imperativa de integrar la Medicina Veterinaria al Código Sanitario. El futuro es One Health. Una sola salud hará que entendamos las patologías desde otra perspectiva y estoy segura de que los resultados serán tremendos.