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No es suficiente

Parte de ser un científico es tener conciencia social. Este sentido de urgencia que clama por un poco de atención en una sociedad donde, a pesar que vamos ganando popularidad, no se le hace caso a aquella persona que vive de la ciencia. Y es que estamos rodeados de estadísticas, de números que no van mejorando conforme pasa el tiempo y pareciera ser mucho más fácil ignorar los hechos que hacer algo al respecto.

Lamentablemente, se nos tilda de alarmistas y sí, muchas veces lo somos, pero con justa razón: el mundo está empeorando y nosotros no estamos haciendo lo que deberíamos. Al menos no lo suficiente.

El lunes 29 de julio se conmemoró el Día del Sobregiro de la Tierra, fecha que indica que gastamos todos los recursos que existen para un año. En julio, quedando meses para terminar el año estamos, literalmente, endeudados con la tierra. La organización Global Footprint Network (GFN) se dedica al estudio del impacto de los humanos sobre la tierra y sobre sus recursos. Su último estudio fue increíblemente preocupante dando a conocer que estamos yendo al revés, de mal en peor y no estamos haciendo nada al respecto para revertir esta situación. O al menos, no con la urgencia que deberíamos tener cuando el panorama, tan desastroso como es, pareciera decirnos que ya es tarde.

Derrames de petróleo, índices de contaminación que nunca antes se habían visto y fenómenos naturales que no ocurrían hace años nos hacen pensar en que Chile, siendo anfitrión de la COP25 este noviembre y diciembre, es más bien el protagonista, la cara visible, de un nuevo mundo que está muy lejos de lo que alguna vez se quiso descubrir.

¿Es una cumbre sobre el cambio climático suficiente para lograr un cambio? ¿Qué estamos haciendo como individuos para mejorar la calidad del país?

Quizás para nosotros ya es tarde, probablemente veremos cambios leves a medida que pasen los años, pero pensemos en los que aún no llegan en esos que todavía no nacen, y que no merecen recibir un mundo que nadie más que nosotros destruyó de a poco. En los animales que claman por algo de comida, de abrigo, de hielo, de tierra.

Bajo esa premisa, ¿Estamos dispuestos a hacer un real cambio?

Porque, lo que estamos haciendo no es suficiente. Y se nota.

María Paz Yurisch
Divulgadora Científica

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