Este año el feminismo ha transformado la agenda y ha dado voz a todos los que se han sentido abusados, por mucho tiempo. Así, esta ola feminista ha entrado en todos los rincones y expresiones de nuestras vidas, tanto personal como cotidianamente. El mundo del arte se ha visto interpelado también. Emblema de eso son las recientes denuncias a personalidades del mundo audiovisual chileno. Herbal Abreu, director de teleseries, fue hace unos meses y ahora, Nicolás López, reconocido director de comedia del país. 8 fueron las mujeres que afirmaron sentirse acosadas por el cineasta, a lo que se sumaron compañeros de trabajo y otras personas del área. Por lo que declararon, Nicolás López hostigaba e insistía en cosas que podían esconderse bajo el velo de una broma: “tú y yo vamos a tirar”, “déjame darte un beso”, o incluso -en palabras de una de las denunciantes- “puedo agarrarte una teta?”.
López nunca entendió los límites de sus actos y lo peor de todo, es que los naturalizaba. Al momento de estallar la noticia, el director publicó un video en el que se excusaba sobre sus actos, además de renunciar a su productora sobras para no involucrarlos en esto. “Solo fui un jote, un desubicado, no soy un abusador” afirmó Nicolás, pero es tarde. Es tarde porque nunca debió haber pasado y más aún, es tarde porque el director se permitió ser un jote o un desubicado, sin entender que “no, es no”.
Obrar sin el consentimiento del otro es un abuso en el plano que sea, aunque muchas veces lo tengamos tan naturalizado y solo es un joteo, o se puso un poquito cariñoso. Por lo mismo es que se hace urgente denunciarlo y nuestra sociedad está pasando por un momento en que alza la voz y revela más y más casos de abusos, porque es necesario que los eliminemos de nuestras expresiones, como lo es el cine y el arte, además de nuestro día a día.
Sin duda es un camino extenso y que arrastra consigo años y años de inequidades de género, pero estamos encaminados. Celebremos la valentía de denunciar y apoyemos a quienes han estado en desventaja, actores claves para hacer de este país, uno más equitativo.
Sofía Reyes Medina
Periodista