Con esta frase, el Presidente Boric, abrió la reunión constitutiva del Consejo Asesor para la Reactivación Educativa y el Lanzamiento del Plan de Reactivación Educativa (2023-2025), o como lo expresó el ministro Ávila “desarrollo pleno y feliz de los niños, niñas y jóvenes”, ambos son un mensaje que para quienes trabajamos en educación, esperábamos desde hace tiempo.
El mandatario en su presentación, agregó que la labor que hay que hacer después de toda la crisis sanitaria, tiene “un sentido de urgencia” pues implica un “costo social enorme” que debe convocar a todos a “unirse en una cruzada nacional” por el riesgo de convertirse “en normalidad”.
La conformación transversal del Consejo Asesor, muestra esta intención de llamado nacional; hay ministros de gobiernos anteriores de diversos sectores, rectores de universidades, la presidenta y el presidente de las comisiones de educación del Senado y de la Cámara de Diputados, alcaldes, directores de UNESCO y UNICEF, miembros de diversas organizaciones de la sociedad civil, el presidente del Colegio de Profesores y quien suscribe, como Premio Nacional de Ciencias de la Educación, entre otros representantes. Este Consejo, debe empezar desde ya su trabajo de asesorar, facilitar y enriquecer el Plan Inicial de Reactivación Educativa, que se focaliza en una primera etapa en la deserción escolar y en los problemas de aprendizaje y convivencia.
Revisando las palabras del Presidente, impacta por la sinceridad, fuerza y convicción con que expresa esta urgencia en el sector de educación y su disposición a apoyar en todo lo que se pueda efectuar. No es fácil reconocer situaciones de desarrollo insuficiente, que por cierto se arrastran más allá de los efectos del período de postpandemia, y que son complejos de resolver. Sin embargo, si el país hace suyo este llamado y aportamos todos con voluntades, aperturas, recursos, tiempos, saberes y haceres dejando de lado miradas estrechas, podremos avanzar. Grandes figuras del pensamiento del país han señalado esta necesidad: Humberto Maturana, Claudio Naranjo, Ricardo Capponi, entre otros y a la par con ellos, creemos que es un deseo que está en la mente de todos.
La única forma que un país realmente avance, es ocuparse integralmente de la formación de las nuevas generaciones en ambientes amables de bienestar, donde el aprendizaje sea un gozo, un descubrimiento y un crecimiento permanente. Ojalá todos los habitantes del país aporten a esta causa tan noble y propia, y que le demos la prioridad a la que el Presidente se está públicamente comprometiendo, la que sólo se puede realizar si cada familia, comunidad, institución social y educativa, asuma cabalmente lo suyo.