Estamos enfrentado cambios sustanciales en nuestro país. A contar del 18 de octubre nace un nuevo Chile. Las manifestaciones han profundizado, entre otras demandas, el fin de abusos y el comienzo de soluciones reales para un pueblo endeudado.
La clase media y los sectores vulnerables se encuentran sumergidos en el endeudamiento; lo dramático es que en muchos casos se endeudan para cubrir gastos de alimentación y terminar el mes con algo de efectivo.
La banca y el retail, han endeudado a gran parte de la población chilena, con tasas que encarecen sobremanera el costo del crédito, perpetuando un círculo vicioso en aquellas familias que no tienen otra alternativa que la solicitud de préstamos. ¿Cómo es posible que el retail, en un mall, y solo separado por un pasillo, ofrezca en su banco una tasa del 1,2% y en la tienda hasta un 3%, por el mismo crédito?
Adicionalmente, muchos microempresarios, en su calidad de cliente retail, por la falta de oportunidades crediticias, han optado por este crédito fácil para pagar impuestos, sueldos y gastos operacionales.
Hoy, la banca y el retail deberían empatizar con los mismos clientes que han endeudado, entregando soluciones concretas e inmediatas. Una de ellas: ofrecer repactaciones de deuda con tasas blandas, que bajen el costo de la misma y permitan una mayor liquidez para las familias y dar una luz de esperanza para terminar con dinero a fines de mes.
La población chilena espera un gesto de este actor relevante de la economía, pero que ha usufructuado por muchos años de sus necesidades.
Guillermo Fuentes
Académico Escuela de Economía y Negocios, U.Central